En una nota publicada hoy en su sitio de internet, y firmada por su analista internacional Doug Bandow, explica que la militarización sin tregua de la lucha contralas drogas e impulsada por Washington, "ha contribuido a corromper y desestabilizar a naciones enteras, como Colombia, Afganistán y México".

"A donde ha llegado, la guerra contra las drogas también ha corrompido instituciones públicas y privadas. Lo peor es el soborno a la policía, a los funcionarios fronterizos, a los agentes antidrogas e, incluso, militares involucrados. La corrupción también llega a fiscales, jueces y políticos", lamenta.

Entre los efectos, refiere que "como la prohibición (del alcohol) estimuló el crecimiento de la mafia tradicional, la prohibición de drogas ha fomentado nuevas formas de delincuencia organizada".

Citando estudios, informes y opiniones, el análisis alerta sobre el cuantioso y creciente gasto en la materia, sin que esta parezca dar éxito de ninguna forma, al incrementarse la cantidad de personas recluidas en cárceles, con costo para el erario público y saturando el sistema judicial.

También asegura que el consumo de drogas prohibidas no tienen el efecto criminal que tienen sustancias como el alcohol, y cita al International Drug Policy Consortium, que concluye que las guerras contra las drogas emprendidas en los últimos 50 años "no han tenido efecto alguno".

Al establecer el fracaso de la guerra contra las drogas, considera que un efecto verdadero de la misma es la violencia surgida en naciones donde se producen o por donde pasan las mismas.

"Guerras verdaderas por el tráfico de drogas han estallado en otros países, como México", define.