Un día después de que la Cámara Baja de la Asamblea aprobara el proyecto de Ley de Denuncia del Convenio de Viena de 1961, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lamentó la determinación del gobierno de Evo Morales y calificó a ésta como preocupante.

“La situación es preocupante y ahora toca esperar a ver qué ocurre”, sostuvo el director ejecutivo de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), Yury Fedotov, según EFE.

El representante de la UNODC anunció que esa institución seguirá “muy de cerca” la situación para que Bolivia regrese a la Convención y evitó detallar, por el momento, cómo se plasmarían las reservas del Gobierno boliviano al tratado antidroga.

El último miércoles, la Cámara de Diputados de la Asamblea aprobó, en grande y detalle, el proyecto de Ley de Denuncia a la Convención Única de 1961, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre estupefacientes. El canciller David Choquehuanca justificó la norma aduciendo que no se puede prohibir el acullico de la hoja de coca y que la Constitución protege a esa hoja.

Apoyo. “Es importante realizar esta denuncia para que nuestro pueblo siga practicando su cultura (...) no le queda otro camino a nuestro Parlamento, aprobar esta denuncia para que el pueblo pueda seguir acullicando”, puntualizó el canciller Choquehuanca.

La postura del Gobierno recibió ayer el apoyo del secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias, quien sobre el tema consideró que es un “derecho legítimo” el reconocimiento de la tradición y cultura creada con el uso de la hoja de coca.

“Es un tema que tiene que ver mucho con la insistencia que ha hecho siempre el Gobierno de Bolivia de que se conozca” la hoja de coca “como elemento de la tradición”, dijo Iglesias a EFE durante una reunión del Círculo de Montevideo en Viena.

El masticado de la hoja de coca o acullico fue penalizado en 1961 por la Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes, instancia que clasificó como “estupefaciente” al producto, y luego recomendó eliminarlo en un plazo no mayor a 25 años, según el artículo 49 numerales 1 inciso c) y 2, inciso e).

“Lo de Evo (Morales) se comprende en el sentido de que es una vieja aspiración, y es un derecho legítimo, que se reconozca la cultura que está detrás”, declaró Iglesias.

Choquehuanca dijo el miércoles que la Convención de 1961 prohíbe el acullico. “Si no hacemos esta denuncia nuestros hermanos no van a poder ejercer está práctica ancestral”, afirmó la autoridad.

"Estamos preocupados, pero la decisión de Bolivia no ha sido inesperada. Su posición es muy fuerte acerca del consumo de la hoja de coca, por lo que cabía esperar una reacción así", dijo a EFE otro miembro de UNODC, Thomas Pietschmann.

Éste señaló que, por el momento, hay “una ventana de un año” para ver cómo Bolivia regresa a la Convención y añadió que las autoridades bolivianas les habían hablado de ejercer reservas al compromiso de los países de erradicar el consumo de coca en un tiempo concreto.

“Pero no sabemos si van a proponer algo más”, indicó el responsable de la UNODC, quien igual expresó sus dudas acerca de “lo que puede pasar en un año, cuando se esperan elecciones locales", y también acerca de cuál puede ser la reacción del resto de los países acerca de su regreso.

El Canciller explicó que, de acuerdo con el procedimiento de las Naciones Unidas, la denuncia contra el Convenio de Viena de 1961 será presentada a los países miembros en enero del 2012 por el Secretario General y éstos tendrán un año para una respuesta.

Posturas oposición y oficialismo

POLÉMICA

María Alejandra Prado, diputada de la opositora Convergencia Nacional (CN), afirmó ayer que la denuncia contra el Convenio de Viena de 1961 significa el aislamiento internacional de Bolivia y recalcó que este hecho se suma a “otros bochornos cometidos por el Gobierno”, como la legalización de autos chutos y la no aprehensión del ministro de Defensa de Irán, Ahmad Vahidi. En respuesta, el diputado oficialista José Yucra dijo que al aceptar el Convenio, Bolivia estaría aceptando que no existen la coca ni el acullico, práctica que, añadió, viene desde nuestros antepasados.