"Un foro que discuta y debata, y donde no haya conclusiones, a mí me parece extraño al menos; si eso se decide que sea así, igual no importa, pero no estamos para perder el tiempo, insisto en eso, no estamos para perder el tiempo. Se trata de salvar la vida en el planeta, se trata de salvar la especie humana, cambiando el rumbo de la historia", dijo apasionadamente el Presidente de la República bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, y las tribunas, eufóricas, estallaron en un nuevo aplauso. La velada crítica del mandatario Hugo Chávez Frías al VI Foro Social Mundial y a quienes hacen "turismo político" le daba sentido al tono de su intervención de hora y media en el Poliedro de Caracas, durante el acto "La lucha antiimperialista de los pueblos", convocado por la Asamblea Mundial de Movimientos Sociales.

"Nos estamos alejando del riesgo de la folclorización. En Venezuela estamos cambiando el rumbo de la historia, desde aquÍ estamos levantando de nuevo la bandera del socialismo para transitar los nuevos caminos del siglo XXI", y de nuevo la concurrencia interrumpió al caudillo venezolano para aplaudirlo y gritar "¡Ah, Uh, Ah, Chávez no se va! ¡Ah, Uh, Ah, Chávez no se va!".

Más que un encuentro con los asistentes al VI Foro Social Mundial, el acto antiimperialista, realizado el viernes 27 de enero y que comenzó con un retraso de cuatro horas, se convirtió en una plataforma desde la cual Chávez dejó su rúbrica ideológica: la construcción de un socialismo autóctono para América Latina.

"AquÍ, en América Latina, el socialismo no debe copiar modelos foráneos, ese fue uno de los grandes errores del intento socialista del siglo XX. Con esta autonomía, con esta fuerza originaria de cada pueblo, de nuestros pueblos indígenas que durante muchos años han sobrevivido al desarrollismo y al capitalismo, conservando sus raíces socialistas, construiremos nuestro socialismo; como también tomaremos las enseñanzas del cristiano porque yo creo, cristiano como soy, que Cristo y las corrientes cristianas tienen mucho que aportarle al socialismo".

Antes de la intervención de Chávez, habló Marcelo Barros, monje benedictino brasileño, quien expuso las condiciones necesarias de una revolución: "debe restaurar la dignidad de la palabra, de la educación; no podrá ser antirracista, en ella deben caber todos los pueblos del mundo, y ante todo debe restaurar la dignidad de las personas".

Barros, un teólogo de la liberación, no dudó en llamar a los presentes en el acto "militantes de esta gran revolución" y los invitó a "dejarse llenar por el amor revolucionario". Luego dijo que "para Latinoamérica es un orgullo que nazca de nuestro seno la revolución bolivariana" y en medio de las expresiones fanáticas de los asistentes, llamó "guardián de la revolución" al presidente Chávez. El delirio era total.

En su intervención, Chávez hizo referencia a la historia latinoamericana y nombró a figuras como Simón Bolívar, su gran referente ideológico, a Francisco de Miranda y a diversos personajes de las guerras de liberación del siglo XIX para indicar que desde allí se hablaba ya del significado letal de los imperios y los colonialismos.

Luego de un repaso a los hechos del siglo XX, a las guerras libertarias y a sus figuras legendarias, entre ellas al recién fallecido Shafik Handal, líder del Frente Farabundo Martí para la Liberación de El Salvador y diputado de la Asamblea Nacional de ese país, y sobre todo a la injerencia de Estados Unidos en América Latina y a la figura nefasta del actual presidente norteamericano, George W. Bush, vaticinó que este siglo significará el fin del imperio: "este siglo enterraremos el imperio norteamericano, ténganlo por seguro", expresó enfáticamente, y anunció que "meterá a la cárcel a todo aquel que espíe las actividades de Venezuela, sea de donde sea".

En las tribunas se vivía una fiesta: venezolanos, cubanos, brasileños, argentinos, colombianos y una diversidad de voces europeas hacían eco de toda clase de consignas políticas a favor de Chávez y del presidente cubano Fidel Castro, y en contra del imperialismo norteamericano, el neoliberalismo y la globalización, expresiones que han gravitado en los diversos espacios del VI Foro Social Mundial y del II Foro Social de las Américas. En las graderías, teñidas de rojo, el color chavista, no faltó el llanto de emoción entre muchas de las mujeres asistentes, algunas de las cuales sostenían entre sus manos un afiche con la figura de Chávez en el que se leía: "Siete años... Por ahora".

Tras hora y media de arengar, exponer, conversar y hasta cantar, el presidente Hugo Chávez Frías finalizó su discurso agradeciendo la visita a Venezuela de los representantes de por lo menos 200 delegaciones de movimientos sociales asistentes al Foro Social e incrementando el tono de su voz dijo: "América Latina requiere un socialismo que habrá que seguir inventando. Y lo repito, lo repito, con fuerza y con pasión desde el Foro Social Mundial frente a todos los movimientos aquÍ representados: "¡socialismo o muerte! ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!". Las tribunas enloquecieron.