«En torno a las 17.54 [las 16.54 en la España peninsular] tuvo lugar un atentado terrorista en la estación de metro Oktiábrskaya» ha explicado el fiscal adjunto bielorruso, Andréi Shved, tras reunirse con el presidente Alexánder Lukashenko. Shved añadió que «se ha incoado un proceso penal». La salida de la citada estación del suburbano se encuentra en la avenida de la Independencia, cerca de la residencia del presidente.

Las fuerzas de Seguridad ya habían indicado que «las señales externas y la naturaleza de las heridas recibidas por los damnificados» apuntaban a que se trataba de un atentado. «No descarto que nos hayan podido traer este 'regalo' del exterior. Pero tenemos que mirar adentro. Los culpables deben ser encontrados», aseguró Alexánder Lukashenko tras visitar el lugar de la explosión para depositar un ramo de flores.

El artefacto explotó en el centro del andén, en donde se ha formado un «amplio cráter», y logró derrumbar la escalera mecánica que conduce a la superficie, según varios testigos. El servicio en la línea de metro quedó interrumpido, así como el tráfico rodado en la avenida de la Independencia, a donde acudieron decenas de ambulancias y coches de Policía. Muchos de los vídeos grabados con los móviles de quienes se encontraban en la estación en ese momento ya han sido colgados en YouTube.

Que se sepa, en Bielorrusia no opera ninguna organización terrorista. No obstante, en julio de 2008, con motivo de los festejos conmemorativos del Día de la Independencia, explotó una bomba durante la celebración de un concierto al aire libre. Hubo 55 heridos y nunca se supo a ciencia cierta quién cometió el atentado. Se habló incluso de «gamberrada».

Lo cierto es que lo sucedido sirvió para apretar aún más las tuercas a la oposición, algunas de cuyas organizaciones fueron objeto de registros policiales. Hubo también detenciones entre quienes, según las autoridades, militaron en el pasado en grupos radicales.

«Último dictador de Europa»

El 19 de diciembre, tras unas presidenciales que Lukashenko ganó aplastantemente y que fueron consideradas «fraudulentas» por la oposición, hubo manifestaciones que acabaron con varios candidatos opositores en la cárcel. Muchos manifestantes han sido también condenados a distintas penas de reclusión. Al mandatario bielorruso se le sigue considerando el «último dictador de Europa».

Las relaciones entre Minsk y Moscú siguen, además, sin haberse restablecido del todo. Las causas de las desavenencias son diversas, entre ellas los precios del gas y el petróleo y la negativa de Lukashenko areconocer la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, territorios que la comunidad internacional considera pertenecientes a Georgia.