Fariñas había sido detenido por segunda vez junto a otras 15 personas alrededor de las 14.30 de la tarde del jueves (20.30 en la España peninsular), cuando un grupo de activistas caminaba hacia la Quinta Unidad Policial para saber por qué se había retrasado la liberación de tres disidentes arrestados esa misma mañana.

"Cuando estábamos a unos 70 metros, 16 hombres de la Brigada Especial de la Policía nos atacaron, nos golpearon y nos lanzaron contra el suelo", ha comentado el disidente en declaraciones telefónicas desde su vivienda en Santa Clara.

   Todos los detenidos fueron "golpeados desmedidamente" por los oficiales, menos Fariñas, quien ha asegurado que no fue agredido durante sus más de 19 horas de detención. "Esto responde a un cálculo político, ya que no les conviene hacerme un daño que implique mi ingreso en un hospital porque eso podría contribuir a un Premio Nobel de la Paz", ha expresado.

Su liberación se produjo a las 10.00 horas (16.00 horas en la España peninsular). El resto de los opositores detenidos están siendo excarcelados "poco a poco", según han informado organizaciones civiles a Fariñas.

   La Policía ha advertido al periodista independiente que de continuar con las protestas sería arrestado por tercera vez. "Ellos dicen que hay una situación política operativa especial en Santa Clara y que no nos van a dejar hacer nada en la calle, pero lo que ellos temen es que el pueblo salga y proteste", ha aseverado.

Fariñas, que había estado detenido el miércoles por seis horas en una comisaría de Santa Clara, ha anunciado que este viernes un grupo de opositores harán una ofrenda floral a una estatua de José Martí, figura cumbre de la política cubana, "por lo que no descartamos que me arresten por tercera vez".

Guillermo Fariñas, un psicólogo de 49 años, fue galardonado con el premio Sajarov 2010 del Parlamento Europeo por su labor a favor de los Derechos Humanos en la isla. A lo largo de su vida ha llevado a cabo 23 huelgas de hambre y sed. La última la inició en febrero del año pasado, tras la muerte de otro disidente, Orlando Zapata, a la que puso fin 135 días después, tras el anuncio de la liberación de 52 presos políticos gracias a la mediación de la Iglesia Católica.