Una oleada de robos cierra el mercado industrial de derechos de emisiones.En principio, seguirá sin funcionar una semana más.En 2010, la CE propuso a los 27 que reforzaran sus medidas de seguridad. Sostiene que unos miles de euros les ahorrarían fraudes de millones.Se han detectado robos en Austria, República Checa, Grecia, Polonia y Estonia.
¿Se
puede robar el aire? Casi. El mercado de emisiones de CO2 de toda la UE
permanece cerrado desde el miércoles tras una serie de ciberataques para
apoderarse de los permisos para contaminar con los que comercian las industrias
europeas.
El fin
de semana, Austria fue el primer país en detectar un acceso ilícito a
cuentas de su sistema, un invento europeo para luchar contra elcambio
climático. Después, el asalto se repitió en República Checa, Grecia, Polonia y
Estonia. Si bien sólo se ha detectado el robo en estos países, la UE ha optado
por un cierre completo, porque puede haber acceso de uno a otro registro, según
explica una portavoz de la Comisión Europea. "No ha sido un sabotaje,
es un robo", asegura. Los ladrones se quedaron con, al menos, dos millones
de derechos de emisión (cada uno equivale a una tonelada de CO2), que valen
unos 28 millones de euros a precio de mercado actual.
Escasas
medidas de seguridad
Y no
es la primera vez que el mercado electrónico de emisiones es víctima de ciberrobos.
De hecho, la Comisión propuso el año pasado nuevas medidas de seguridad tras
detectar la presencia de entradas ilícitas en los registros nacionales. Las
medidas de seguridad dependen de los Gobiernos de los Veintisiete,
que hasta ahora se han mostrado perezosos en reforzar sus sistemas por los
costes extra, aunque la Comisión sostiene que unos miles de euros les
ahorrarían fraudes de millones.
Catorce
países aún no han adaptado su tecnología. La Comisión sólo ha reconocido que
Alemania no está entre ellos y, de hecho, Berlín ha logrado repeler varios
ataques parecidos.
En
principio, el mercado europeo seguirá cerrado una semana más, aunque los checos
y los austriacos sólo han anunciado que los suyos están bloqueados "de
manera indefinida".
El europeo
es el sistema más grande de este tipo en todo el mundo y el año pasado movió
cerca de 90.000 millones. Suele ser objeto de críticas de todas las partes
implicadas, ya que las industrias se quejan de tener que comprar los derechos
mientras sus competidoras en China o India no lo hacen mientras los ecologistas
aseguran que el precio del CO2 está demasiado bajo como para que su comercio
reduzca significativamente las emisiones industriales.