Apurímac, el río de 700 kilómetros cuyo nombre en quechua significa
"gran hablador" y que forma parte de la cuenca amazónica, mantiene
enfrentadas a las autoridades y habitantes de los dos departamentos vecinos,
mientras desarrollistas y ambientalistas difieren sobre los pros y los contras
del plan.
La disputa, enmarañada también por recursos jurídicos interpuestos por las dos
regiones, podría resolverse con un estudio sobre el balance hídrico del río.
Pero las autoridades regionales y municipales en conflicto exigen al gobierno
de Lima que se haga en forma independiente.
El origen del enfrentamiento está en el proyecto de riego y energía Majes
Siguas II de Arequipa, al suroeste de Cusco, que depende del trasvase de aguas
del Apurímac.
El jueves 21, el gobierno de Alan García tendrá una nueva reunión con
autoridades y líderes de la provincia de Espinar, en Cusco, con la promesa de
evaluar si esta zona del país realmente tiene agua suficiente para trasvasar al
proyecto de Arequipa.
Un estudio de balance hídrico permitiría analizar de manera detallada la
disponibilidad de la fuente de agua: la cuenca alta del río Apurímac desde su
nacimiento en el andino Nevado Mismi hasta su confluencia con el río Salado.
El ministro de Producción y cabeza de la comisión de Alto nivel del gobierno,
Jorge Villasante, "se ha comprometido a realizar el estudio y le exigimos
que cumpla", dijo a IPS Eloy Chancayauri, alcalde de Espinar, la provincia
situada en el extremo suroriental de Cusco y la más afectada por el desvío hídrico.
El alcalde provincial precisó que otra demanda es que el estudio "lo haga
una institución independiente y haya total transparencia". Espinar sería
el área más afectada y las protestas de la población contra el proyecto se
saldaron en septiembre con una persona muerta y más de una decena de heridos.
Villasante se reunió con las autoridades de Espinar el día 14 y recorrió parte
de la cuenca del Apurímac. Dos días antes prometió que sólo se ejecutará el
proyecto si existen "las garantías de contar con los recursos que se
requiere".
El proyecto contempla el trasvase de las aguas de las altas cordilleras, desde
la cuenca del Apurímac vía túneles y canales hasta las Pampas de Majes y
Siguas, en Arequipa, una región con amplia costa sobre el océano Pacífico.
La obra significa una inversión de 404 millones de dólares e incluye la
construcción de la represa de Angostura, que según las autoridades de Arequipa
tendría una capacidad de almacenamiento de 1.000 millones de metros cúbicos
(mmc) de agua.
La alarma de la provincia de Espinar por el proyecto tiene su causa. Ya tienen
problemas con el agua y temen quedarse sin ella por el proyecto Majes Siguas
II, en la colindante provincia arequipeña de de Caylloma.
Según su alcalde, el caudal histórico del río Apurímac que abastece a los
municipios de Espinar es de 3,8 metros cúbicos por segundo y con la represa se
reduciría a 1,14 metros cúbicos por segundo. "Esto sería insuficiente para
nosotros", remarcó.
Arequipa y Cusco han acudido a instancias judiciales. La municipalidad de
Espinar presentó una medida cautelar al juzgado mixto de la provincia que
emitió una resolución, en 2008, en que exige que se realice un estudio de
impacto ambiental y otro de balance hídrico, antes de ejecutarse el proyecto Majes
Siguas II.
En septiembre pasado, las autoridades de Cusco lograron que dos juzgados
ordenaran suspender el proceso de concesión del proyecto y la firma del
contrato.
Desde el otro lado, el gobierno regional de Arequipa presentó una acción de
amparo ante la Corte Superior del departamento para que se firme el contrato
con quien ganó la licitación, el privado Consorcio Angostura – Siguas. La
solicitud ya fue admitida.
Para la estatal Autoridad Nacional del Agua (ANA) hay suficiente agua para
ambas regiones.
Un estudio de confrontación de oferta y demanda, que realizó la consultora Agua
y Agro por encargo de ese organismo, indica que el caudal de recursos hídricos
de la Cuenca Alta del Apurímac en época de lluvia es de 1.000 mmc por año,
desde su naciente hasta su confluencia con el río Salado.
El reporte asegura que si se toman en cuenta las descargas naturales de la
cuenta alta del río hasta la bocatoma Canchipuquio, que capta parte de su agua,
la oferta hídrica anual es de alrededor de 500 mmc.
Los representantes de la ANA aseguraron que la demanda hídrica de Espinar es de
5 mmc para uso agrícola y poblacional, por lo que habría "un excedente de
495 mmc de recursos hídricos por año", que actualmente terminan por caer
en el en el océano Atlántico, con el que Perú no tiene costas.
Pero las autoridades del Cusco y algunos expertos aseguran que no es lo mismo
un estudio de confrontación que un balance hídrico, mediante el cual "a lo
largo de un año (se) puede determinar de manera detallada la disponibilidad del
agua en época de lluvias y de sequía". "Además, ese estudio tampoco
recogió nuestras observaciones", aseguró Chancayauri.
"Una confrontación de oferta y demanda es un estudio primario porque te da
información general y no certezas. Puede servir para proyectos pequeños",
explicó el ingeniero agrícola Francisco Soto, director ejecutivo de la no
gubernamental Iprogra.
Técnicos de la ANA aseguraron a IPS que para el estudio de confrontación se
trabajó con un historial hídrico en la zona que va de 1962 a 2006. "De
ahí, se sacó un caudal promedio para ver cómo es la variación. Se ha hecho un
informe detallado, sólo hay una diferencia por el nombre", aseguraron.
En diálogo con IPS, representantes de la consultora Agua y Agro dijeron a
título personal y bajo anonimato que, debido al conflicto, en forma adicional
debería "buscarse otras fuentes de agua (nuevos embalses) para abastecer
la solicitud de los usuarios cusqueños".
Hasta el momento, la ANA ha identificado tres estructuras de almacenamiento de
agua con una capacidad de 90 millones metros cúbicos.
La agencia estatal reconoce que las zonas rurales de Espinar se abastecen del
río Apurímac, cuyas aguas se trasvasarán al proyecto, pero asegura que éste no
es el caso de las áreas urbanas que tienen otras fuentes de agua.
La ley de recursos hídricos de Perú establece que "la prioridad de uso
debe ser el consumo humano. Las autoridades no deben olvidar esto",
aseguró a IPS Francisco Soto.
Luis Calle, coordinador del comité técnico regional de Arequipa, insistió a IPS
que el proyecto Majes Siguas II generará desarrollo para toda la zona sur del
país.
"Los del Cusco están especulando, su temor no tiene fundamento", dijo
Calle y aseguró que en la zona de 38.000 hectáreas que será regada con las
aguas del proyecto habrá una ciudad de 250.000 habitantes, entre ellos
agricultores de Cusco.