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30/08/2010 | Compás de espera para otra guerra

Enric Gonzalez

Israel teme nuevos enfrentamientos en la frontera con Líbano - El Ejército cree que Hezbolá intentará frustrar el reinicio del diálogo con los palestinos

 

La estampa podría haber sido compuesta por un propagandista israelí, pero está al otro lado de la frontera, en territorio libanés: junto a un vehículo blindado de Naciones Unidas se alzan tres banderas, la de Hezbolá, la de Siria y la de Líbano. En este punto, cercano al kibutz de Misgav Am, se produjo el pasado día 3 el incidente fronterizo más grave entre Líbano e Israel desde la guerra de 2006. Un teniente coronel israelí, tres soldados libaneses y un periodista libanés resultaron muertos. Por un momento se temió la guerra.

La tensión en la zona se ha elevado. "Las negociaciones de paz con los palestinos generarán nuevos enfrentamientos en esta frontera y en Gaza, porque tanto Hezbolá como Hamás intentarán descarrilar el proceso con actos de violencia", afirma el analista militar israelí Kobi Marom, que combatió en la guerra de 2006.

El comandante de las fuerzas de la ONU en el sur de Líbano (UNIFIL), el general español Alberto Asarta, emitió el pasado miércoles un comunicado en el que confirmaba que los israelíes no habían cruzado la Línea Azul que marca la frontera y atribuía de forma implícita la responsabilidad del tiroteo del día 3 a las tropas libanesas.

"Nuestro objetivo consistía en podar unos árboles cercanos a la valla fronteriza, porque las ramas rozaban los sensores y causaban falsas alarmas", explica una portavoz del Ejército de Israel. "Avisamos a las tropas de la ONU, se nos confirmó que podíamos acercarnos y cuando trasladamos una grúa hasta los árboles, a las once de la mañana, uno o varios francotiradores apostados en un edificio de Aadaisse [el pueblo libanés contiguo a la Línea Azul] dispararon contra un teniente coronel y un comandante que se encontraban más atrás, a unos 100 metros de la valla". Según la portavoz, "fue una emboscada organizada por el jefe de la base militar libanesa, que se preocupó incluso de llamar a periodistas porque tuvo tiempo desde la víspera, cuando anunciamos nuestro propósito".

La represalia israelí fue inmediata, con fuego desde helicópteros y tanques. Una respuesta "eficaz y controlada", en palabras de la portavoz, que acude al encuentro con la prensa junto a su hijo de pocos años. Tres soldados y un civil, uno de los periodistas libaneses, resultaron muertos. Por unas horas, se temió el inicio de una nueva guerra. A las 14.00, el presidente libanés, Michel Suleiman, hizo un llamamiento al país y pidió a la ciudadanía que ofreciera sus vidas para salvar la patria. Pero las tropas israelíes dejaron de disparar. "Los soldados que nos habían atacado se mezclaron con civiles y con tropas de la ONU y preferimos que el incidente no pasara a mayores", dice la portavoz.

El comandante Margalit, jefe de la base israelí más cercana, considera que el Ejército regular libanés mantiene una complicidad cada vez más estrecha con Hezbolá. "El Ejército tiene cinco brigadas en esta zona, no puede sacudirse la responsabilidad de lo que ha ocurrido", dice. En realidad, el Ejército libanés confirmó al día siguiente que los soldados no actuaron por su cuenta, sino que cumplieron órdenes. "El jefe de las tropas libanesas en la región es chií y claramente favorable a la milicia chií de Hezbolá", asegura el asesor Kobi Marom. "En Hezbolá saben que cualquier agresión por su parte implicaría una respuesta devastadora por parte nuestra, y optan por utilizar al Ejército para estas provocaciones. Con el Ejército regular optamos por ser comedidos, porque cualquier incidente puede desembocar en guerra", añade Marom.

Nadie duda que la guerra estallará. "Solo es cuestión de tiempo", señala el comandante Margalit. "Hezbolá acumula armamento junto a la frontera y, como en 2006, se atrinchera en zonas pobladas. El riesgo es alto", afirma Marom, "porque la reapertura del proceso negociador con la Autoridad Palestina inflamará a quienes, como Hamás y Hezbolá, no quieren un acuerdo de paz. Habrá ataques desde Gaza con toda seguridad, y muy posiblemente desde Líbano".

Tanto Israel como Líbano están preparados para combatir. En 2006, la zona sur de Líbano estaba tomada por las milicias de Hezbolá. Ahora, las milicias conviven con cinco brigadas del Ejército. En 2006, las bases israelíes junto a la frontera estaban compuestas fundamentalmente por reservistas. Ahora todos son soldados en activo. "La estabilidad en Cisjordania y el bloqueo en Gaza nos han permitido desplazar aquí más y mejores unidades", señala el comandante de la base. "Pero estos cuatro años de tranquilidad", agrega, "también han permitido a Irán y Siria dotar a Hezbolá de un armamento muy superior al de 2006".

El Pais (Es) (España)

 


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