De acuerdo a los datos divulgados por el Departamento de Comercio, el consumo de los hogares, responsable de un 70% del PIB de Estados Unidos, llegó a crecer un 3,6 por ciento durante el primer trimestre de este año. Ímpetu en el gasto que se ha interpretado como evidencia de una recuperación sostenida e incentivo para avanzar en la lucha contra el desempleo.

Con todo, la dificultad para salir de la actual crisis queda de manifiesto en la construcción de nuevas viviendas, actividad que ha retrocedido por primera en nueve meses. Al mismo tiempo, como indicio de crecientes dificultades presupuestarias, el gasto de las administraciones estatales y locales ha retrocedido un 3,8 por ciento, la mayor reducción registrada desde 1981. Aunque los desembolsos del gobierno federal se han visto incrementados un 1,4 por ciento.

El Fondo Monetario Internacional, en sus últimas previsiones actualizadas el mes pasado, atribuye a Estados Unidos un crecimiento del 3,1 por ciento de su PIB durante el 2010, seguido de un 2,6 por ciento en el 2011. En el tercer trimestre y cuatro trimestre del 2009, la economía americana logró crecer respectivamente a un ritmo del 2,2 % y del 5,6 %.

Con todo, la tasa de paro se ha mantenido de forma contumaz en torno al 10 por ciento durante los últimos ocho meses, con un índice oficial del 9,7 % en marzo. En total, la economía de Estados Unidos ha perdido en torno a ocho millones de puestos de trabajo desde el comienzo oficial de su grave recesión fijado en diciembre del 2007.