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03/04/2010 | China y la apreciación de su moneda

Daniel Ikenson

¿Será que el Departamento del Tesoro en su reporte semi-anual acerca de las prácticas de política cambiaria en el exterior, (que será publicado en abril), denominará a China como “manipulador de moneda”, como cada vez más se especula? De ser así, aquella conclusión iniciaría negociaciones bilaterales “agilizadas” y abriría la puerta a que se pase legislación “compensatoria” para instigar a China a revaluar su moneda.

 

Para el Congreso y el Presidente Obama, el asunto no es el devaluado renminbi en sí, sino el gran déficit comercial con China. Para ellos, la apreciación de la moneda es equivalente a reducir el déficit comercial a cero, o mejor aún, de convertirlo en un superávit. Pero tratar de legislar la balanza comercial es una tarea pírrica.

Muchos economistas, tomando en cuenta las reservas acumuladas por China de alrededor de $2,4 trillones, creen que el renminbi (“la moneda del pueblo”, denominada como el yuan) es de hecho subvaluado. Ellos no están de acuerdo acerca de la magnitud de la subvaluación y hay buenas razones para creer en eso. Nadie puede saber el verdadero valor de cualquier moneda a menos que esa moneda flote libremente y no existan otras restricciones a los flujos de capital. A menos que China permita que esas cosas se den, los economistas solamente pueden continuar produciendo sus muy variados cálculos acerca de la subvaluación del renminbi.

Es verdad que sin importar lo que China haga respecto de su moneda, muchos en Washington argumentaran que el renminbi está subvaluado siempre y cuando las importaciones estadounidenses de China excedan las exportaciones estadounidenses a China. Pero, ¿acaso una apreciación del renminbi tendrá el efecto intencionado de reducir el déficit comercial bilateral? La evidencia empírica dice que no.

Entre julio de 2005 y julio de 2008, el renminbi se apreció en 21% en relación al dólar. El déficit comercial bilateral aumentó de $202.000 millones en 2005 a $268.000 millones en 2008. Las exportaciones de EE.UU. a China aumentaron, como se esperaba y en una cantidad saludable de $28.400 millones, o 69,3%. Pero qué porción de ese aumento es atribuible a la apreciación del renminbi es muy debatible.

Las exportaciones estadounidenses a China ya estaban en una trayectoria ascendente. Habían aumentado en $19.100 millones durante el anterior periodo de tres años, cuando el yuan estaba anclado en el tipo de cambio de 8,28 yuanes por dólar. El aumento en el siguiente periodo puede ser atribuido al crecimiento natural en las ventas debido a la penetración y cultivación de mercado que ya eran evidentes. Además, en 2007 y 2008, cuando la apreciación del renminbi fue las más fuerte (en 4,7 por ciento y 9,5 por ciento, respectivamente), los incrementos anuales en exportaciones estadounidenses a China fueron progresivamente más pequeñas.

Por el lado de las importaciones, la evidencia no es contundente de que un renminbi en apreciación socava el consumo estadounidense de productos chinos. Mientras que el renminbi se fortalecía entre 2005 y 2008, las importaciones estadounidenses de China aumentaron por $94.300 millones, o 38,7%. No solamente los estadounidenses demostraron una fuerte inelasticidad de precio, pero de hecho aumentaron sus compras de importaciones chinas, en un aparente desafío a la ley de la demanda.

Una razón por la cual los estadounidense insisten en consumir productos chinos a pesar del relativo aumento en precio, puede ser que hay una escasez de sustitutos en el mercado estadounidense para los productos hechos en la China. En algunos casos, no hay alternativas producidas localmente. Consecuentemente, los consumidores estadounidenses se enfrentaron con la opción de comprar ítems a un precio más alto de la China o no consumir aquel ítem del todo.

Es dudoso que los miembros del Congreso que respaldan medidas para obligar a que los chinos aprecien su moneda orgullosamente anunciaran a sus mandantes que ellos intencionalmente redujeron los ingresos reales de los estadounidenses. Pero ese es el efecto de una depreciación relativa del dólar.

Algo más es evidente del periodo 2005-2008. El hecho de que un aumento de 21% en el valor del renminbi coincidió con un aumento del 38,7% en el valor de las exportaciones chinas, significó que la cantidad de productos chinos demandados por los estadounidenses después de la revaluación aumentó en un 14,6%. La ley de la demanda simplemente no puede ser desafiada en la manera que estas figuras lo sugieren. Queda claro que lo que pasó es que los exportadores chinos bajaron sus precios en yuanes para mantener estables o reducir los precios pagados por los clientes estadounidenses después de la conversión de la moneda. Aquello fue una medida racional, permitida por el hecho de que la apreciación del renminbi hubiese reducido el costo de producir las exportaciones chinas, particularmente de aquellas que dependen de materias primas y componentes importados.

De acuerdo a un creciente número de investigaciones, alrededor de un tercio y la mitad del valor de las importaciones estadounidenses de China son actualmente de valor agregado en la China. La otra mitad o dos tercios reflejan costos de material, labor y agregados de otros países. Un renminbi más fuerte hace que los insumos importados sean más baratos para los productores chinos, quienes pueden luego reducir sus precios de exportación. Esto mitiga el efecto de la realineación de la moneda deseada por los políticos estadounidenses, el cual reduciría las importaciones estadounidenses de China.

El mundo estaría mejor si el valor de la moneda de China fuese verdaderamente determinado por el mercado, permitiendo una mejor asignación de los recursos. Pero obligar a China a revaluar bajo una amenaza de sanciones es poco probable que produzca el resultado deseado y muy probable que provoque represalias costosas y deje a muchas personas en una peor situación.

Este artículo fue publicado originalmente en The National Review (EE.UU.) el 17 de marzo de 2010.

Artículo de Firmas Press © Todos los derechos reservados.

El Cato (Estados Unidos)

 


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