La policía de Dubái desveló todos los detalles de lo que parece ser la más reciente operación de los servicios secretos israelíes, el Mosad: el asesinato de uno de los principales cerebros del grupo islamista palestino Hamas.

Para llevar a cabo una reconstrucción sin precedentes de lo ocurrido el 19 de enero en Dubái, los investigadores policiales de los Emiratos usaron las imágenes filmadas por las cámaras de seguridad del aeropuerto, de varios hoteles y centros comerciales, así como la información recogida por la policía de fronteras.

Aunque oficialmente Dubái no acusa expresamente al Mosad, sus autoridades entregaron a la Interpol las fotos de once agentes, diez hombres y una mujer, que entraron en el emirato con pasaportes europeos, procedentes de distintas capitales. Según creen, el máximo jefe de la operación era Kevin Daveron, y la subjefe la rubia Gail Poliard, que dirigió el asesinato sobre el terreno, en el hotel del integrista. Usaron tres pasaportes irlandeses, uno francés, otro alemán yel resto británicos. El Gobierno irlandés y el británico anunciaron ayer que los pasaportes usados son falsos, y Berlín aseguró que el número del pasaporte era incorrecto, En Israel, ciudadanos con doble nacionalidad denunciaron que su pasaporte británico les fue sustraído y fue usado por los espías.

Al estilo tradicional del Mosad, los miembros de la célula - conscientes de que estaban siendo filmados en todo momento-usaron pelucas, bigotes, barbas postizas, gafas y gorros, cambiando de aspecto a menudo.

El coronel Dahi Halfan, jefe de las fuerzas policiales de Dubái, señaló que todos ellos tenían un aspecto discreto, se instalaron en distintos hoteles y en ningún momento usaron las líneas telefónicas locales ni tarjetas de crédito. Se comunicaron con sus propios teléfonos móviles extranjeros - conectados a centralitas internacionales-y pagaron todo al contado, para no dejar huellas.

A las 15.15 (hora local) del 19 de enero, Mahmud Mabhuh, que estaba a punto de partir hacia Sudán y China, llego a Dubái procedente de Damasco, como parte de una amplia operación de contrabando de armas y misiles hacia su Gaza natal, controlada por el movimiento Hamas. Usó un pasaporte iraquí falso y no informó a las autoridades locales sobre su presencia. Su habitación en un hotel cercano al aeropuerto, Al Bustan, había sido reservada de antemano. El agente Kevin, que había llegado a Dubái quince horas antes, poco después de medianoche, sabía que le iban a entregar la habitación 230. Por eso, pidió la 237, situada en frente.

Cuando Mabhuh llegó a la recepción, a las 15.35, las cámaras captaron a Kevin a su lado, escuchando la conversación con el recepcionista y asegurándose de que no cambiaba de habitación. El islamista no se dio cuenta de que ya le seguían varias parejas de agentes, que en las siguientes horas se convirtieron en su sombra: dos tenistas que le siguieron incluso en el ascensor, y otros que le observaron de cerca cuando salió del hotel a las 16.30 para acudir a varias reuniones.

Parte del grupo se reunió en un centro comercial vecino para ultimar los preparativos. Cuatro horas después, la agente Gail informó a los cuatro agentes que tenían la misión de electrocutarle de que el islamista estaba a punto de volver a la habitación. Logró convencerle de que abriera la puerta, y la célula permaneció durante 13 minutos junto a Mabhuh. Primero le interrogaron, y después de asesinarlo se aseguraron de que estaba muerto. Luego, colocaron su cadáver sobre la cama y lanzaron medicamentos sobre la mesita de noche para confundir a los investigadores. Gail fue filmada a la salida llevando una peluca negra y un sombrero.

En ese momento, el máximo jefe, Kevin, ya estaba abandonando Dubái, y los demás agentes hicieron lo mismo poco después. Unos partieron en coche hacia Abu Dabi y hacia Qatar para seguir en avión a Europa, mientras que otros salieron directamente de Dubái hacia capitales europeas. Antes de abandonar sus hoteles, los agentes volvieron a cambiar de disfraz. Cuando el cadáver fue descubierto el 20 de enero por la tarde, ya todos estaban muy lejos de los Emiratos.

La policía de Dubái cree que se trata de dos equipos diferentes de los mismos servicios de inteligencia. Uno, hombres mayores con aspecto de empresarios, y otro compuesto por más jóvenes vestidos como turistas, encabezados por la agente Gail. Los integristas de Hamas, que ha prometido vengar el asesinato, pidieron a la policía de Dubái que les permitiera participar en la investigación, pero esta lo rechazó.

Fuentes del Ministerio de Justicia de Dubái afirmaron ayer a La Vanguardia que su gobierno "no permitirá que el emirato se convierta en el escenario de guerras que no le incumben".

El especialista en temas de inteligencia israelí Ronen Bergman asegura a La Vanguardia que los agentes tomaron en cuenta la posibilidad de que todo fuera filmado. Sin embargo, la monumental reconstrucción de los hechos, llevada a cabo por las fuerzas de seguridad de Dubái, refleja el inicio de una nueva era para los servicios secretos de todo el mundo. "Se acabó la época en la que los espías podían llevar a cabo una operación de ese tipo sin dejar huellas. Uno de los dilemas de los responsables que enviaron a Gail, a Kevin y a los demás agentes será decidir si podrán volver a participar en operaciones de este tipo en el futuro".

Dos palestinos involucrados

El jefe de de la policía de Dubái, el coronel Dahi Halfan, reveló que dos palestinos, que según parece eran cómplices de los agentes secretos, fueron extraditados desde Jordania y están siendo interrogados por sus hombres.

Uno de ellos es un oficial de una de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina de Ramala, bajo control de Al Fatah (rival de Hamas).

El otro palestino - que aparentemente conocía íntimamente a Mabhuh y lo traicionó-fue captado por una de las cámaras hablando durante largos minutos con el jefe de la operación, Kevin. Ambos gesticulaban animadamente.

En Hamas acusan ya a la ANP de colaborar con el Mosad en el asesinato de uno de sus dirigentes. Aunque probablemente los servicios de inteligencia israelíes nunca lo reconocerán, los sistemas de Dubái recuerdan otras acciones del Mosad.

El antiguo agente del Mosad israelí Mishka Ben David escribió una novela en la que detalló como los agentes del Mosad cambian de hotel, de coche, de ropa y de apariencia, volando desde distintos destinos y hablando a menudo desde teléfonos públicos. La prensa israelí ha bautizado la operación como Fotomatón.