Las víctimas imputarán a miembros de la jerarquía católica.
Se podría decir que Donal Murray era hasta ayer el epítome del prelado ilustrado. Profesor de Teología Moral y experto en Deontología Médica, su reputación académica propició en 1981 su ordenación y lo convirtió en el obispo más joven del mundo. Una carrera cercenada para siempre por su papel activo en el encubrimiento de los casos de pederastia de la Iglesia irlandesa, que precipitó ayer su renuncia a la mitra y su defenestración.
A Murray lo ha golpeado la publicación del llamado informe Murphy, que demuestra la connivencia de la jerarquía católica irlandesa con los abusos de sus sacerdotes. En el informe se cita a cinco prelados pero ninguno sale tan mal parado como Murray, que durante sus años como obispo auxiliar de Dublín hizo todo lo posible por echar tierra sobre los escándalos.
El caso más sangrante es el de Thomas Naughton: un sacerdote que perpetró hasta 70 abusos de menores con el consentimiento de la jerarquía, que lo cambiaba de parroquia en lugar de entregarlo a la Justicia. Su caso lo investigó el sargento John Brennan, que se refería hace unos días a la complicidad de la Iglesia: «Yo siempre mantuve que Naughton era un ser humano que tenía un problema. Pero sus superiores conocían esa debilidad y aun así lo fueron rotando por las parroquias. Por eso no creo que se les deba permitir ahora renunciar o retirarse. Se les debe someter a una investigación penal. Si hay pruebas de que hubo un encubrimiento, un juez debería imputarles».
Las víctimas de sacerdotes como Naughton ya han iniciado los trámites para imputar a miembros de la jerarquía católica. El primero, Donal Murray, al que la renuncia despoja de su diócesis pero no de su dignidad de obispo. Ayer anunció su decisión en una eucaristía celebrada en la catedral de San Juan, expresando sus disculpas a quienes sufrieron los abusos y diciendo que han sido sus opiniones las que lo han animado a renunciar: «Sé que mi renuncia no puede deshacer el dolor que han sufrido en el pasado los supervivientes de los abusos ni el que siguen sufriendo cada día hoy. Por eso me disculpo humildemente una vez más y reitero que mi primera preocupación es ayudarles en lo que pueda en su viaje hacia la serenidad».
El informe Murphy fue presentado en Dublín a finales de noviembre. Consta de más de 700 páginas y detalla los abusos perpetrados entre 1975 y 2004 por sacerdotes de la archidiócesis de Dublín. El documento es muy embarazoso para la jerarquía católica irlandesa, a la que acusa de encubrir sistemáticamente los casos de abusos y pederastia para «mantener el secreto, evitar el escándalo y proteger su reputación».
Durante sus años como obispo, Murray ocultó los atropellos de sus sacerdotes
Un cura perpetró hasta 70 abusos de menores con el consentimiento de sus superiores.