Pero también invitó a los presentes a rezar por los autores del atentado, "para que Dios toque sus corazones", antes de pedirles de forma elocuente que dejen de matar. "A los que fomentan sentimientos de odio y a los que llevan a cabo acciones tan repugnantes les digo: Dios ama la vida que ha creado, no la muerte. Deteneos en nombre de Dios", subrayó enfáticamente Benedicto XVI.

El Pontífice había manifestado previamente el pesar y la angustia por unos atentados que ya había calificado en días pasados como "actos de barbarie contra la Humanidad" en un telegrama enviado al cardenal arzobispo de Westminster, Cormac Murphy O'Connor.

Tras el rezo del Ángelus volvió a deplorar la masacre y señaló que "todos sentimos un profundo dolor por los atroces atentados terroristas de Londres. Recemos por las personas asesinadas, por los heridos y por sus familiares".

Benedicto XVI, que dedicó su reflexión dominical a la figura de San Benito, fundador de la orden de los benedictinos, en vísperas de su festividad, anunció que el lunes 11 de julio parte de vacaciones al Vale de Aosta, donde también veraneaba Juan Pablo II.