A principios de esta semana, la Comunidad del Caribe (CARICOM), integrada por 15 países, anunció que sus miembros han decidido en su cumbre anual realizada en Santa Lucia ''reafirmar'' la fecha límite para iniciar una economía de ''Mercado Unico'' a finales de año, y crear paralelamente un fondo de desarrollo para las economías más débiles de la región.

''Procederemos a poner en marcha todos los arreglos necesarios en la región para crear un mercado único para finales de este año, sujeto también a poner en marcha un programa económico de acción afirmativa para los países de la Organización de Estados del Este del Caribe, Belice y Guyana'' dijo el primer ministro de Barbados, Owen Arthur, el funcionario del CARICOM a cargo del proceso de integración. Antes de analizar qué posibilidades hay de que esto se materialice, convengamos en que la mayor parte de las economías del Caribe están en problemas. Una serie de factores externos amenazan con paralizar las industrias básicas de la región.

Las nuevas reglas de importación de azúcar de la Unión Europea reducen los precios garantizados en casi cerca de un 40 por ciento a partir del 2006, lo que tendrá un impacto devastador en la industria azucarera del Caribe, mientras que medidas similares de Europa para la importanción de banano ya han lastimado considerablemente la agricultura de la región.

Asimismo, Estados Unidos ha dispuesto que a partir del 1ro de enero del 2006 todos los ciudadanos estadounidenses que visiten el Caribe deberán viajar con pasaporte para poder regresar al país, lo que desalentará a muchos norteamericanos viajar a esas islas. Sólo cerca del 50 por ciento de los turistas norteamericanos están viajando al Caribe en la actualidad con sus pasaportes.

La nueva medida de Estados Unidos le puede costar al Caribe cerca de $2,600 millones al año y 188,000 empleos en el sector turístico, segün un estudio del Consejo Mundial de Viajes y Turismo, encargado por la Asociación de Hoteles del Caribe. Los caribeños se quejan de que se trata de un trato injusto, porque Canadá y México sólo serán sujetos a la misma regla a principios del 2008.

Finalmente, la Iniciativa de la Cuenca del Caribe del gobierno de los Estados Unidos, por la cual los países caribeños puedan exportar la mayor parte de sus productos a Estados Unidos libres de impuestos, expira en el 2008. Al menos que sea renovada o reemplazada por un acuerdo de libre comercio, dejará al Caribe en una seria desventaja con los países de América Latina que tiene tratados de libre comercio con Washington.

Bajo el plan del Mercado Unico, los países del CARICOM permitirán el libre movimiento de bienes, servicios, capital y trabajo calificado dentro de la región. Esto va más allá de acuerdos de libre comercio existentes en el continente, que generalmente están limitados a bienes.

En una etapa posterior, en el 2008, los países del CARICOM planean moverse hacia una moneda común, un Banco Central común y políticas económicas y exteriores conjuntas. Como primer paso, CARICOM ya ha creado la Corte de Justicia del Caribe, que fue inaugurada en abril.

''Tienen un programa muy ambicioso'' dice Anneke Jessen, especialista en la economía caribeña del Banco Interamericano de Desarrollo, con sede en Washington. ''Si ponen en marcha el mercado único el 31 de diciembre, será el esquema de integración más avanzado en las Américas''. Pero Jessen y otros observadores del Caribe advierten que los líderes del CARICOM tienen una historia de firmar acuerdos con palabras vagas, o llenarlos de excepciones, o posponer su implementación.

Bahamas, por ejemplo, no será parte del acuerdo, porque teme ser invadida por trabajadores poco calificados de las islas vecinas. Y el acuerdo de mercado único no incluye sectores económicos importantes, como las compras gubernamentales, ni una tarifa común sin excepciones para importaciones de otras regiones.

Mi conclusión: aun si lo lanzan como está programado el 31 de diciembre, el mercado único del Caribe sólo será un tímido primer paso hacia una integración al estilo de la Unión Europea. Sin embargo, los países del Caribe podrían sorprendernos a todos y convertirse en un modelo para otros esfuerzos de integración en América Latina. Los caribeños deben seguir adelante, aunque no sea más porque no tienen otra alternativa para hacerle frente a los problemas que se les vienen.