El plan del Ministerio del Interior para tratar de romper el colectivo de presos de la organización terrorista ETA tiene unas líneas maestras de actuación muy claras. Y para llevarlo a cabo necesita y cuenta con la colaboración de históricos miembros de la trama terrorista.

Según explicaron a este periódico fuentes penitenciarias, los que fueran sanguinarios pistoleros José Luis Urrusolo Sistiaga y Carmen Guisasola colaboran en la búsqueda de presos de la organización que se muestren dispuestos a rechazar la violencia que aún mantiene la banda terrorista.

Guisasola y Urrusolo fueron dos de los más destacados miembros de ETA durante la década de los 90. Sin embargo, ambos han sido expulsados por pronunciarse en contra de la violencia.Pero los dos siguen manteniendo una gran influencia sobre un importante número de presos etarras. Por este motivo, el grupo de expertos en ETA seleccionados por Interior para dividir a los reclusos cuenta con su colaboración.

De hecho, según explicaron fuentes penitenciarias, Guisasola y Urrusolo se encargan de generar el debate, de provocar la discusión entre los etarras seleccionados por el equipo de Interior.

Pero, además, otros dos dirigentes históricos de ETA también se han convertido en pieza clave en esta nueva estrategia encaminada a romper el colectivo etarra, a tratar de sembrar la división y a intentar lograr que un gran número de presos pida públicamente el fin de la violencia.

Se trata de José Luis Alvarez Santacristina, Txelis, y de Kepa Pikabea. Ambos se han convertido en los embajadores de las propuestas contra la lucha armada. Se les ha calificado de captadores, de buscadores en otras cárceles de internos de ETA que estén dispuestos a pronunciarse ya contra la violencia.

Según explicaron fuentes cercanas al proceso, el grupo de expertos de Interior (un comisario de la Policía Nacional especializado en la lucha contra ETA, un comandante de la Guardia Civil y un veterano y destacado funcionario de Prisiones) ha elegido las cárceles de Zuera (Zaragoza) y Villabona (Asturias) como centros de captación, como el laboratorio de este nuevo intento de ruptura del llamado colectivo de presos, con el objetivo de aislar a los considerados «irreductibles» y convertirlos en minoría.

Allí son trasladados periódicamente internos a los que se considera que pueden estar dispuestos ya a dar el paso adelante. Durante dos semanas están ingresados. Si no muestran señales positivas, son trasladados de nuevo a cárceles del sur de la Península.Pero, además, los dos embajadores (Txelis y Pikabea) se desplazan también por las cárceles para tratar de convencer a otros internos en la misma dirección.

Actualmente, en las prisiones de Villabona y Zuera hay 36 presos de la organización terrorista. En algún momento, todos han mostrado algún signo contrario a la lucha armada. La intención del equipo de Interior es llegar al medio centenar de internos entre ambas cárceles, cifra con la que buscarían el paso público, el manifiesto contra la violencia.

Además, según estas mismas fuentes, para las próximas semanas están previstos nuevos acercamientos. Se trataría de tres miembros de la Mesa Nacional de Batasuna que están cumpliendo condena por su pertenencia o colaboración con ETA.

Esto supondría un nuevo escalón en la estrategia ideada por el Ministerio del Interior, ya que se unirían a ese grupo miembros del entramado político de la izquierda abertzale.

Además de los integrantes del equipo básico de Interior, también se están produciendo aportaciones clave del director de una prisión madrileña. Desde la Comunidad de Madrid se están coordinando también muchas de las actuaciones que planifica el grupo de analistas policiales. Los viajes de éstos tanto a Zuera como a Villabona son constantes. Los responsables de estos dos centros tienen un papel muy destacado también en esta nueva estrategia, según explicaron las mismas fuentes.

En esas cárceles es donde el Ministerio del Interior trata de acercar a los presos más proclives a abandonar la mal llamada lucha armada. De hecho, durante los últimos meses han sido numerosos los acercamientos de destacados miembros de ETA desde cárceles gallegas o andaluzas a las de Asturias y Zaragoza. La proximidad al País Vasco es evidente.

El último acercamiento a Zuera se produjo recientemente y afectó al dirigente de ETA que ordenó la masacre de Hipercor, Santiago Arrospide, Santi Potros, y al autor del atentado, Rafael Caride Simón. También ha sido trasladado recientemente a estos laboratorios de Interior Valentín Lasarte, autor, entre otros, del asesinato de Gregorio Ordóñez.

La dinámica del Ejecutivo puesta en marcha durante los últimos meses contempla también una línea dura de actuación sobre los considerados irreductibles.

Así, el alejamiento ha sido un arma muy utilizada durante los últimos meses por el equipo de expertos de Interior. Las cárceles de Puerto de Santa María se han visto repletas de etarras que se mantienen firmes en el uso de la violencia.

VICTIMAS

En contra de los acercamientos

El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Juan Antonio García Casquero, rechazó ayer el acercamiento de presos etarras a cárceles próximas al País Vasco y se preguntó «por qué se concede este premio a asesinos». Además, pidió que si los presos muestran arrepentimiento, que lo manifiesten públicamente.

Casquero recordó que las víctimas se oponen al acercamiento porque lo ven como «un premio» a «asesinos», informa Europa Press. Por su parte, la plataforma Voces Contra el Terrorismo expresó su más absoluto rechazo a los acercamientos. «El pueblo español, en su mayoría, se ha opuesto en multitud de ocasiones, y no ha cedido al chantaje de ETA». Además, expresó su temor a otro tipo de movimientos y pidió a la ciudadanía que esté atenta.