El centro de La Paz cambia de matiz mientras se lo recorre. Si El Prado y la Mariscal Santa Cruz están llenas de oficinistas y estudiantes que andan apurados, después de San Francisco se respira otro aire. Se escucha música folklórica y se observan visitantes extranjeros que, vestidos con detalles de aguayo, llegan al país para conocerlo en dos facetas, la cultural y la otra.

Aunque la cultura y la riqueza natural que guarda Bolivia en sus entrañas es el atractivo principal, existen grupos de extranjeros que arriban al territorio nacional por el bajo costo que implican los viajes, la alimentación, la diversión; y para consumir drogas, a las que acceden con facilidad.

Tres agencias de turismo y cuatro visitantes que llegaron del exterior afirmaron a La Razón que la reserva natural de Rurrenabaque (Beni), la mística que guarda Copacabana y el paisaje de Coroico (La Paz), entre otros, les provoca deseos de conocer. Sin embargo, admitieron que hay gente que se dedica a la venta de sustancias controladas en los espacios que concurren los turistas y las poblaciones fronterizas.

“Al turista le llama la atención Copacabana, Rurrenabaque y otras poblaciones. Ellos se quedan fascinados en Bolivia (...) pero ya se acostumbraron a pagar lo menos posible, no se los ve en hoteles (de cinco estrellas), sino en alojamientos o en hostales”, afirmó Giovanni Villanueva, gerente de la empresa de turismo Cóndor Jipiña.

Manifestó que los turistas argentinos y los israelíes son los que más dolor de cabeza traen a las agencias, pues con escaso dinero pretenden recibir un servicio de primera. Una persona que trabajó con turistas, y prefirió el anonimato, remarcó que existen extranjeros que son ejecutivos y llegan al país para concretar negocios. “Ellos tienen mucho dinero y llegan a los mejores hoteles y comen de lo mejor”, señaló.

Respecto al expendio de drogas, Villanueva relató que en algunas zonas fronterizas se sabe sobre la venta de esas sustancias, pero también conocen que en la cárcel de San Pedro de La Paz se realizan tours con el mismo fin.

“Ese tour en la cárcel lo hemos visto y dicen que es para comercializar droga, pues nos comentan que por poco dinero les dan hasta dos kg. de droga”, aseguró.

La persona que trabajó con turistas aseveró que existen empresas o funcionarios de éstas que dan a los extranjeros un paquete para ingresar al penal e inclusive las pautas de horarios y días en los que se visita el lugar.

Rossy Gironda, administradora de una empresa de turismo en La Paz, afirmó a La Razón que a través de datos que recibe de sus colegas se enteró que existe la venta de droga en la cárcel y en otros lugares. “Se sabe que algunos (turistas) llegan y buscan droga aquí”, manifestó.

Chris Antonneli, un italiano que visita La Paz hasta abril, aseguró que lo que más le llama la atención es la riqueza natural y las costumbres de Bolivia. Contó que ya conoció algunos lugares y que le falta ir a otros.

Cuando el periódico le preguntó si conocía sobre el expendio de drogas, Antonneli respondió: “Sabemos que Bolivia es un país que produce cocaína y que además se vende como ocurre en otros países de América. Hay algunos turistas que conocen dónde venden ese producto, las personas buscan a los extranjeros para ofrecerles droga”.

Este medio publicó el 24 de febrero que en el penal de San Pedro se realizan tours hace una década. En esa oportunidad, un reo informó que el costo de ingreso era 250 bolivianos, de los cuales el 70% iba para los policías y para las personas que reclutaban al turista.

Los restaurantes, los centros de diversión y las calles de las poblaciones a donde arriban los turistas son los puntos en los que la gente promociona los estupefacientes y ofrecen algunos productos a precios bajos.

Según comentan los funcionarios de las agencias, los turistas encuentran en las calles populares como la Sagárnaga, la Illampu y otras todo lo que necesitan y a muy bajo costo para ellos. “Un almuerzo les cuesta hasta 15 bolivianos, el hospedaje igual, por eso prefieren quedarse por aquí”, dijo un agente de turismo.

El director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), coronel Óscar Nina, dijo que no conoce sobre el expendio de estupefacientes en esos centros turísticos, sin embargo anunció que pedirá un informe para empezar con operativos y controles.

Por otro lado, dijo que es necesario que la gente denuncie. “No me parece justo que las personas denuncien que les ofrecieron droga cuando tomaban un café ante un medio y no ante la entidad responsable”, sostuvo.

Este medio intentó conversar el viernes con el viceministro de Turismo, Huáscar Ajata, pero sus asesores informaron que la autoridad viajaría las siguientes horas. Sin embargo, se comprometieron a dar una respuesta esta semana. El administrador de otra empresa de turismo, que prefirió el anonimato, explicó que los grupos de turistas que llegan al país en busca de lo más económico y de droga “son los que quieren sólo aventura. Hay otros que son los VIP que están aquí para conocer los lugares atractivos y realizar algún documental al respecto, en algunos casos. Hay que diferenciarlos”, aseveró.

LOS DESTINOS

Copacabana • Ubicado en el departamento de La Paz, el lago Titicaca, la iglesia y la riqueza cultural llaman la atención de los turistas, quienes llegan frecuentemente y encuentran restaurantes y locales nocturnos exclusivos para ellos.

Rurrenabaque • Situado en el departamento del Beni. La riqueza natural del lugar es lo que más atrae a los turistas, sin embargo no se descarta la venta de droga en esa población.

Coroico • Es una localidad en los Yungas de La Paz caracterizada por su buen clima y paisajes naturales. Ahí existen personas que ofrecen droga a los visitantes del exterior.