Los no nacionalistas ganaron más escaños parlamentarios que los nacionalistas vascos en la más turbulenta región de España. El resultado difundido anoche podría dar paso al primer gobierno no nacionalista en 30 años en la región.

El gobernante Partido Nacionalista Vasco (PNV) ganó un escaño para un total de 30 en el Parlamento de 75 miembros. Pero tres pequeños aliados nacionalistas perdieron escaños, dejando a la coalición con un total de 37 bancas, faltándole una para la mayoría necesaria, dijeron funcionarios electorales por la radio y televisión al concluir el conteo del 100% de votos.

El Partido Popular recupera así el Gobierno regional de Galicia, obteniendo mayoría del Parlamento. Mientras que Juan José Ibarretxe del PNV aspira a repetir sin coalición.

En contraste, el Partido Socialista obtuvo seis escaños para quedar con 24 y sus aliados del conservador Partido Popular y el Partido de Unión Democracia ganaron 13 y un asiento, respectivamente, dijeron los funcionarios electorales. Si los tres partidos acceden a unirse controlarán 38 escaños, que son suficientes para una mayoría.

Proyección a futuro

Los resultados podrían significar un gran revés para el Partido Nacionalista Vasco, que ha gobernado esta región semiautónoma del norte de España desde 1979 sobre una plataforma que corteja a los sentimientos separatistas. Los socialistas hicieron campaña para retener los fuertes lazos con el Gobierno central, destacó AP.

El nuevo Parlamento vasco será el primero en excluir la participación de partidos nacionalistas que respaldan al grupo armado separatista ETA, que ha causado la muerte a 825 personas durante una violenta campaña desde fines de los 60, a fin de tratar de establecer un país independiente en el norte de España y el sur de Francia.

El máximo tribunal de España, con sede en Madrid, prohibió en febrero la postulación de candidatos de los partidos Askatasuna y Demokrazia 3 Milioi, alegando que estaban vinculados directamente con el proscrito partido Batasuna. En el 2003 Batasuna fue proscrito, acusado de ser el ala política de la ETA.

Separatistas intransigentes han señalado que la exclusión de partidos convierte las elecciones del domingo en antidemocráticas. "Estas elecciones me parecen una burla, dejan fuera a un 15% del electorado vasco", dijo Karmele Viteri, de 30 años, una profesora de inglés, luego de depositar su voto. Alrededor de 1,7 millones de vascos podían votar en los comicios.

"Me parece bien que no se deje votar a los que apoyan a los asesinos de ETA, otra cosa sería una burla, espero que ETA, acabe ya", dijo Marta Linares, una obrera de 63 años.

El PNV, que rechaza la lucha armada, insiste en que los vascos tienen el derecho a decidir en un referéndum si la región vasca continúa siendo parte de España, o si debe separarse.

"He votado para que tengamos un Parlamento que nos dé el derecho a decidir a los vascos, si queremos continuar con España o no", afirmó Emilio Ibáñez, de 40 años, un ingeniero industrial.

Otras elecciones regionales también se realizaron durante el domingo en el noroeste de Galicia, donde el conservador Partido Popular ganó un gobierno mayoritario con 39 escaños sobre el Partido Socialista de Galicia y el Bloque Nacionalista Gallego que ha gobernado por los últimos cuatro años en una coalición. Según los resultados, los socialistas lograron 24 y el BNG, 12 sitios.